La edición de este libro fue costeada por la Diputación Provincial de Salamanca.
Encabezan sus poemas, estas dos bellísimas estrofas:
“Un niño/se picó un día/ en la yemita/ de un dedo,
y una flor/ se lo besó/ y el dedo/ se puso bueno.”
La poesía para niños es una fuente de alegría y de gozo.
Una canción que, como el cantar de los cantares, enamora el alma.